“¡Impactante! Cepillos de dientes y regaderas plagados de virus según nuevo estudio… ¿Será esto algo negativo?”

¿Sabías que los cepillos de dientes y los cabezales de ducha albergan una cantidad sorprendente de virus? Aunque esto pueda sonar alarmante, tal vez no sea tan preocupante como parece. Vamos a descubrir cómo podría afectar esto tu rutina de limpieza diaria.

Los microbios son una parte natural de nuestro entorno, tanto en nuestros hogares como en nuestros cuerpos. Solemos pensar que es necesario desinfectar a fondo los cabezales de la ducha y utilizar cepillos de dientes antimicrobianos para evitar los “gérmenes malos”. Pero, ¿y si te dijera que algunos microorganismos no son tan dañinos como se pensaba?

Investigadores de la Universidad Northwestern han encontrado cientos de virus hasta ahora desconocidos en los cepillos de dientes y en los cabezales de ducha. Tranquilidad, ninguno de ellos es de la familia del COVID-19, e incluso, algunos podrían ser beneficiosos para nosotros. Sigue leyendo y descubre qué implica esto para tu limpieza diaria.

Descubrimientos del estudio sobre virus en el baño

La microbióloga Erica Hartmann, PhD, comenzó este estudio impulsada por la curiosidad y un interés en las comunidades microbianas del hogar. Analizaron meticulosamente cepillos de dientes y cabezales de ducha, ya que los microbios prosperan en ambientes húmedos como el baño.

Tomaron muestras y, a través de secuenciación de ADN, detectaron más de 600 virus distintos, específicamente bacteriófagos. Cada muestra era única. Hartmann dice que la cantidad de virus que encontraron fue “absolutamente sorprendente”. Incluso encontraron diversidad significativa entre los virus de los cepillos de dientes y los de los cabezales de ducha, pese a que ambos se encuentran en el mismo entorno. “Cada elemento es como una isla por sí sola”, dijo Hartmann, señalando la increíble diversidad que apenas comienzan a conocer.

¿Qué son los fagos y son peligrosos?

Los fagos, esos virus descubiertos en el estudio, no infectan células humanas. Son tipos de virus que necesitan bacterias para multiplicarse, matándolas muchas veces en el proceso.

En cuanto a lo que esto significa para nuestra salud, los fagos son muy prometedores en el tratamiento de infecciones bacterianas resistentes a antibióticos. “Desde que se descubrieron hace más de un siglo, los fagos se han visto como potenciales medicinas para protegernos eliminando bacterias que podrían enfermarnos. Esta es la base de la ‘terapia con fagos’”.

¿Deberías desinfectar tu cabezal de ducha y cepillo de dientes?

Los investigadores sugieren que estos fagos podrían convertirse en limpiadores naturales de bacterias dañinas en nuestros sistemas de agua en un futuro. Sin embargo, no te preocupes demasiado por hacer una limpieza profunda en casa.

“Los microbios están por todas partes, y la gran mayoría no tiene efecto en nuestra salud”, explica Hartmann. “Si los atacas con desinfectantes, solo tiendes a correr el riesgo de que se vuelvan resistentes o más difíciles de eliminar”.

Si decides tomar medidas, trata de evitar los cepillos de dientes antimicrobianos, ya que favorecen la resistencia a los antibióticos. En lugar de eso, cámbialos regularmente. También recuerda limpiar el cabezal de la ducha con vinagre o agua y jabón en lugar de productos más agresivos como la lejía para eliminar los depósitos de calcio.

“Lo pequeño es hermoso”, afirmaba el economista Ernst Friedrich Schumacher, y este principio parece resonar incluso en el ámbito de la microbiología, según un reciente estudio de la Universidad Northwestern. La investigación revela que nuestros hogares, específicamente los cepillos de dientes y las alcachofas de ducha, albergan una “cantidad salvaje” de virus, una diversidad que, lejos de ser alarmante, podría tener implicaciones positivas para la salud humana.

Lejos de la noción convencional que nos empuja a combatir estos microorganismos con lejía y productos antimicrobianos, el estudio sugiere que algunos de estos virus, específicamente los bacteriófagos, podrían ser aliados insospechados en la lucha contra infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. La idea de que lo pequeño, incluso a nivel microbiano, puede ser hermoso y beneficioso, desafía nuestras prácticas de limpieza y abre nuevas vías en el tratamiento de enfermedades. Tal vez, en lugar de erradicar, deberíamos aprender a convivir y aprovechar el potencial de estos diminutos habitantes de nuestro entorno.

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